-Fic- 13 Muertos. [1]

-Supongo que hasta entonces, nunca habia ido nada mal del todo.
El sistema seguía funcionando como una mierda en general por todo el mundo, pero esta vez habia explotado por completo.   Algo que todos queriamos que sucediera y núnca habriamos imaginado que fuera asi...
 El comienzo del fin, o  un fin que dio lugar a un comienzo, qué mas da.


Me llamo Yakei Fujiwara, y seré el narrador de esta historia, ya que yo mismo soy un personaje importante en ella, podría decirse... ¿protagonista?  
Ahora que todo ha pasado, puedo decir que hoy cumplo diecisiete años de forma tranquila. Ha sido un año y medio muy jodido. 
Diría que habría hecho lo posible para evitar todo esto, pero mentiría.  Ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas.  He aprendido a madurar y a entender muchas situaciones y personas a las que desconocía por completo. 
Lo mejor de todo esto ha sido ella, Nami.  Pero esa es otra historia...
bien, comencemos: 

''Sería al rededor de mediados de Enero. Los días eran frios y practicamente todos cubiertos de  nieve.
Ir al instituto era un infierno cada mañana, pero por todo lo demás la rutina seguía tranquila. 
Recuerdo perfectamente el día que todo empezó y perfectamente como todo comenzó.
Estábamos en clase de matemáticas.  Yu, mi primo y Takeru, mi mejor amigo, estaban detrás mía susurrándome idioteces para interrumpir mi lectura en voz alta y hacerme reír. ¡Y los imbéciles de mierda lograron conseguirlo!
Nos echaron a los tres de la clase, que era la intención de mis dos queridos compañeros, y me apoyaron en la pared del pasillo muy decididos.
-¡Las chicas de tercero ahora tienen gimnasia tío! - Dijo Takeru entusiasmado. Aunque Take normalmente no es asi. Es un chico bastante frio y distante y con poca autoestima. Últimamente ha estado muy animado y no consigo entender el por qué.
-Tenemos que ir a verlas, primo, está el bomboncito que te gusta... bueno, que coño, nos gusta a todas- Yu sonrió. Mi primo es mas bien ... ¿serio?  bueno, es un tipo divertido pero maduro y relativamente serio. Se toma las cosas importantes en serio y es responsable. Liga muchísimo, pero su único amor es el metal. Es un tipo genial.
¿De que hablaban? ¿las chicas de tercero?
-¿Eh? - les miré con curiosidad- ¿Por qué queréis ir a verlas? pensaba que eso a vosotros no os interesaba. Oh tíos, ¿¡os estais volviendo divertidos?!
Yu me dio un puñetazo cariñoso en el hombro.
-Tío, hay una que le pone mazo a Takeru, tenemos que ir a verla, ¡Takeru fijándose en una tía! tenemos que comprobar que no es un trol. - Yu rió.
-Gilipollas... 
- ¡¿qué?! entonces vamos, primito, ¡saca la cámara! 
Salimos corriendo escaleras abajo y llegamos al patio. Estaba lloviendo y no había nadie.
-Oh mierda, estarán en el gimnasio. -Yu me miró con desilusión.
-¿y qué? vamos a darles una sorpresita a nuestras chicas - Me dirigí tranquilamente hacia el gimnasio y abrí la puerta con descaro. Por suerte no había ningún profesor por allí.  Todas las chicas (vestidas con sus chándales  cortitos de pantalón rojo y camiseta ajustada blanca.. aww) me estaban mirando con curiosidad. Algunas empezaron a susurrarse a entre ellas, pero se hizo un silencio que duró unos segundos. Hasta que Yu y Takeru aparecieron por detrás mía. 
Yu entró con descaro al interior del gimnasio y empezó a corretear por allí.
-¡ A ver, a ver ! ¿Quién es Yuki-Yuki? ¡exijo saber quien es!
Todas las chicas se giraron hacia una chica pequeñita, sin casi pecho ni curvas y el pelo corto y rubio. Aunque realmente era jodidamente mona. Nos miró con curiosidad y sonrió plenamente.
-¡Kyah! ¡Unos chicos super guapos han venido en mi búsqueda! -Corrió hacia Yu y se tiró sobre él cayendo ambos al suelo- ¡ Aquí está tu princesa!
La mayoría de las chicas la miraron con envidia. Yu, Takeru y yo eramos muy populares entre chicas de cursos menores.  Teníamos fama de ser unos malotes que arman follón y pueden contra todo lo que nos vengan. Que equivocadas estaban... pero siempre es bueno pasar por delante de pivitas y que te miren con deseo... aunque bien, yo ya se que soy irresistible.
-¡Pero que monada de chica! te equivocas, aquí el señor que te desea es ese moreno con pintas de emo de allí - Yu señaló a Takeru que se estaba detrás mía ruborizado mirando al suelo. Me aparté sonriendo dejandole vía libre a la pequeña... ¿Yuki?  creo que ese había sido el nombre que gritó mi primo.
Ésta se acercó a Takeru mirándole curiosamente (con unos ojos verdes enormes *-* era realmente mona)
y se puso bajo su mirada agachada.
-¿Eres tú el príncipe que me busca? ò_ó - dijo decidida.
Takeru la miró y sonrió.  
Así que era esto por lo que últimamente había estado tan animado... nunca antes Takeru se había interesado por una chica, empezábamos a pensar que era asexual seriamente.


Ehm, esperad, creo que estoy empezando a contar esto con demasiado detalle y me estoy yendo por las ramas de lo que realmente quiero contar.
Takeru consiguió el numero de la chica, y quedamos después de clase con ella y dos amigas suyas que segun ella ''eran guapisimas  y nos gustarían'' para tomar un café en la cafetería lolita.
Cuando llegó la hora, me acerqué a la fuente donde habíamos quedado, Yu y Takeru ya estaban allí, y núnca les habia visto tan guapos jujuju.
Yu de por si era un tio atractivo, muy alto, de pelo negro liso por los hombros y raya en medio. Ojos oscuros, muy oscuros, y cuerpo fuerte. Iba al gimnasio a menudo. Ahora mismo iba vestido entero de negro (como de costumbre) pero con algunos detalles elegantes. El heavy de mi primo hoy molaba mas que nunca.
Takeru es de complexión mas delgada. Es también alto, pero muy muy delgado, de rasgos finos. Tiene el pelo mas o menos corto y castaño, y los ojos pequeños y a juego con este. Suele vestir con vaqueros y camisetas de algun color suave como el azul o el blanco. Hoy eso no habia cambiado, pero por algun motivo se le veia distinto.


Las chicas no tardaron en aparecer, y mientras se iban acercando, el corazón se me iba acelerando cada vez mas.  Si bien a mi me gustan todo tipo de chicas, había una del instituto que me interesaba mas que ninguna otra del mundo. 
Núnca pensé que la vería fuera del instituto (aunque tampoco la encuentro muy a menudo, hoy no me pareció verla en el gimnasio)
-¡Hola! -Oí la voz de Yuki justa ates de que se abalanzara sobre nosotros. Pero casi no lo sentí, ahora mis ojos estaban fijos en ella; Nami. Ni siquiera me había percatado de que había una tercera persona entre ellas.
Nami me observó con indiferencia por un segundo, luego su mirada se desvió hacia otros puntos aleatorios.
Tengo que hablar de ella, pues a lo largo de esta historia,es uno de los personajes mas importantes... (sobretodo para mi, lo admito.)


Namiko Miretawa... es una chica jodidamente especial, completamente distinta. No habla, no sonríe, apenas presta atención a alguien que no sea Yuki... es extraña, es un mundo dentro de este.
Me interesé por ella desde que la ví el dia que empezó este curso. Solo se de ella que le gusta el piano, pues siempre después de las clases, va al aula de música y no sale de alli durante horas.
Hasta ahora, núnca la habia visto fuera de los pasillos ni acompañada de nadie que no fuera el profesor de música, que estaba realmente interesado por ella.
Su físico era como el de una diosa, su olor, su mirada... no, joder, era una diosa. Tenía los ojos grandes, de un color entre el rosa y el morado, y una mirada siempre perdida en algún lugar fuera de este mundo.
Su pelo era largo, muy largo y liso, de un rosa fuerte, y siempre estaba acompañado por algun lazo de color blanco o morado. Su cuerpo era... no puedo ni pensarlo. Era alta, con unos pechos enormes y unas curvas como las de una carretera, dios. ¿Cómo me podía poner tanto? 
Aún ahora estoy convencido de que nos conocimos por el destino, aunque no suelo creer en esas chorradas, era inevitable que nos conocieramos.
Ese día, ella no dijo ni una palabra, aunque la relación entre el resto se unió en unas horas mas de lo que lo estoy con amigos de mi clase de todo el curso. 
La otra chica era Sakura, una adolescente que aparentaba mucha mas edad de la que tenia, pues estaba muy desarrollada y parecía una actriz porno o algo asi. Mi primo Yu no pudo dejar de mirarla durante toda la velada, era también muy abierta (en todos los sentidos...) y risueña, al igual que Yuki, la cual no paró de hablar en toda la tarde.
Quedamos en volver a vernos todos. 
Antes de que la tarde terminara para nosotros, les dije que fueran pagando la cuenta de la cafetería mientras iba al servicio.  Al salir de éste, encontré a Nami frente a la puerta.
*Silencio.
Mi corazón iba a salirseme por la boca. Habia estado todo el día a su lado, pero ahora estaba en frente mia, mirandome, observandome mas allá de mi simple fisico, estaba examinandome desde todos los angulos.
Tragué saliva. 
-N-namiko.. -Casi no me salían las palabras- el baño de las chicas es el...
-Nami- Dijo cortante.
-¿Eh?...
-Llámame Nami.
¡Su voz! ¡Había escuchado su voz por primera vez! era dulce y profunda, muy femenina, pero con cierto tono de seriedad y frialdad que daban a entender que se trataba de la suya. Era única.
-Perdona Nami.. El baño de las chicas está por el otro lado.
-Lo sé.
-... ¿Y qué haces aqui? -Intenté que mi tono de voz sonara amable, pero era difícil ya que no dejaba de mirarme profundamente  a los ojos sin cambiar la expresión.
De repente, todo pasó muy deprisa.  Nami me empujó dentro y cerró la puerta, me puso contra la pared, pegó su cuerpo a mi, y acercó sus labios a mi oreja.
Me estremecí, me estremecí como núnca. Empezaron a temblarme las manos y las piernas y a nublarseme la vista. ¿Qué hacía? ¿Que estaba haciendo Nami? no me atrevía a tocarla.
-Tú... - la oí susurrar casi pegada por completo a mi- tú eres el encargado... de matarlos a todos...
Se separó bruscamente de mi y me siguió mirando a los ojos. 
-¿e-eh..? - En ese momento mi cabeza no estaba en ese cuarto de baño. Mi mente no paraba de intentar analizarlo todo, y eso, teniendo en cuenta lo mal que se me da a mi lo de pensar, no era bueno-  ¿Qué quieres decir con eso, Nami? -Sonreí nerviosamente.
Me miró por ultima vez y salió del baño sin añadir nada mas.
Mi mente y mi corazón se quedaron alli durante un buen rato. Tenía que reaccionar, pero no podía...


Y aqui es cuando empieza la verdadera historia, el momento al que queria llegar desde el principio. 


Todo empezó a temblar sin previo aviso, de manera brusca. Mi cuerpo se balanceaba de un lado a otro estrellándome contra las paredes del baño y haciendo que mi cabeza empezara a girar y a producirme un insoportable dolor de cabeza. Pero.. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? ¿Por qué temblaba todo? ¿Un terremoto...?   No, esto no era un terremoto, algo muy extraño estaba ocurriendo.  Pude oir los gritos de la gente desde fuera e intenté salir hacia el exterior apoyándome en todo lo que estaba en mi mano. 
No sé cuantas veces caí, cuantos gritos oí cerca de mis oídos ni como pude controlar las nauseas que estaban invadiéndome  en ese momento, pero conseguí salir a la calle, y no me gustó lo que vi.
El cielo era.. ¿¡rojo?! rojo sangre, por completo. No había nubes, ni estrellas, ni siquiera las luces de la calle podían alumbrar. Todo lo que mis sentidos podían percibir ahora era una gran masa de niebla espesa que empezaba a ahogarme, gritos de angustia y un rojo que rodeaba todo mi al rededor.
Cuando todo empezó a aclararse mas ante el caos que había en ese momento, me di cuenta de que Nami estaba a mi lado mirando hacia el cielo con total tranquilidad. 
-¡Nami! ¡¿Qué está ocurriendo?!
Esta, ignorandome, empezó a caminar entre la niebla sin apartar su mirada del cielo.
-¡Na... - El temblor cesó de repente.  Las alarmas de coches y tiendas comenzaron su melodíar, los coches pitaban y los niños gritaban, pero yo no podía ver nada de eso, solo niebla y el color rojo. ¿Qué estaba ocurriendo?  Por algun motivo, no estaba asustado.  Tenia ganas de vomitar y un dolor de cabeza que parecía estar matandome poco a poco...
Por un instante, todo paró. Todo.  Todos los sonidos, todos los dolores, solo quedamos la niebla, el cielo y yo, en unos segundos de angustia.
-¡Este es el fin, humanos inútiles! ¡Gritad y llorad! es lo único que sabeis hacer.


Mi giré, y alli estaba. 
Él, mi peor pesadilla de ahí en adelante. ''