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viernes, 24 de septiembre de 2010

-Fic- 13 Muertos. Capítulo 11- isla del Hielo.


Estaba tan preciosa... tan inquieta... realmente estaba distinta, no era la misma de siempre,  ¿sería por el hielo?
Caminaba animadamente sin rumbo, pisando por el hielo sin ningún miedo (lo contrario a mi...) y con los ojos mas brillantes de lo que se los había visto nunca. No sonreía con la boca, pero en su interior lo estaba haciendo.
-Nami, ¿dónde vamos? y... ¿por qué voy yo contigo?
Nami me ignoró y siguió caminando sin prestarme atención. Luego, se giró alegremente y me miró, su rostro era serio aun.
- No lo sé.  -Volvió a girarse y siguió caminando.
Yo sentía los pies quemándome y el cuerpo helado. Hacía DEMASIADO frío allí. No entendía por qué estaba allí si ya había pasado mi prueba... pero el hecho de estar con Nami a solas me encantaba. Estaba muy feliz, al igual que ella.  Aunque ella no creo que estuviera pensando en mi precisamente...
Ver a aquella Nami me hizo pensar en todo, en que quizás esto era lo mejor que podría habernos pasado, el estar en este mundo. Al fin y al cabo, no solo la había conocido a ella, si no que estaba compartiendo mi día a día a su lado... al lado de la chica mas guapa y rara de todo el instituto... ¡cuando llegara a la tierra tenía que contárselo a todos!
Esperaba que la relación entre nosotros mejorara con el tiempo y llegáramos a algo mas... Al fin y al cabo... ella quería algo de mí ¿no?
Nami paró en seco, y como yo estaba sumido en mis pensamientos, me choqué con ella.
-¡P-perdona!-Me aparté hacia atrás y la miré. Seguía dándome la espalda, pero con la cabeza elevada al cielo, estaba mirando algo. Me puse a su lado y observé yo también, pero no había nada, solo un bloque enorme de hielo al igual que muchos otros que había por este paisaje. La miré, parecía incluso asustada.
-N-Nami... ¿Estás bien?
-Hermana... -Su voz sonó melodiosa y dulce... espera ¿había dicho ''hermana''? 
La miré sorprendido y volví a mirar el lugar hacia donde miraba, solo podía ver hielo...
-Nami ¿estás bien? allí no hay nadie... -Me acerqué a ella y le puse la mano en la espalda intentando tranquilizarla, estaba temblando.  Nami se apartó bruscamente y corrió hacia el glacial. 
-Hermana...
Seguí intentando ver algo, ¿qué le pasaba a Nami? ¿Estaba alucinando o algo así?  
Observé el glacial con atención al que Nami se estaba acercando...  a los pies de este había algo raro.
No era agua normal... me acerqué un poco. Eso era.... ¡¿lava?! ¡¿lava en una isla de hielo?!
-¡Nami!-Se me aceleró el corazón, Nami se dirigía a la lava... Corrí hacia ella gritándole, pero me ignoró  y siguió caminando mirando fijamente al glacial. Agh, el hielo no me dejaba caminar bien e iba escurriéndome torpemente. Cuando vi que Nami estaba a punto de caer, tropecé. 
-''No sirvo para nada, joder...''- Me costó muchísimo levantarme, y cuando lo hice, ya era demasiado tarde.
-¡Nami! -Nami dio el siguiente paso hacia la lava, y cayó.- ¡NAMI! -corrí como nunca fijando bien los pies en el suelo para no escurrirme, y paré deslizándome por el hielo y casi cayendo yo a la lava.
Podía ver burbujas saliendo a la superficie, mezcladas con el humo... ¿cómo podía haber un río de lava entre hielo sin derretirlo? 
Miré de un lado a otro teniendo la esperanza de ver algo que pudiera ayudarme, luego caí. Cogí la espada y la extendí sobre el pequeño río.
-¡Haz que Nami salga de ahí viva, por favor! -Agarré con fuerza el mango, y me concentré como nunca, desesperado, a punto de derrumbarme. - ¡Saca a Nami de ahí! ¡Por favor! ¡¡Por favor, joder!!
Le dí toda la energía que pude y más a la espada, pero nada, no surgía nada, quizás... yo no tenía ningún poder en el templo de hielo. Me desesperé ¿qué hacía? si me tiraba me mataría yo también, pero... 
entonces Nami ¿había muerto? ¿No había pasado la prueba?  ¿Cómo demonios iba a salir yo de allí ahora...?
-G-Getsu-sama.... ¡G-GETSU! -Me temblaban las manos, empezaba a tener la piel demasiado fría, y tenía la esperanza nula de que nuestro Dios viniera a rescatarme... y eso que yo nunca he sido de religión.
Decidí esperar finalmente alguna señal, y me senté en el suelo encogido. Tenía un frío indescriptible,y los dedos se me estaban empezando a helar. 
-''Ojala estés bien en alguna parte, Nami...'' 

No se cuanto tiempo pasó, quizás unas dos horas, y empezaba a quedarme dormido, me dolía todo el cuerpo y ya casi no podía respirar bien.
-''No puedo dormirme... -Pensé temblando- ...Me voy a morir...''
Los parpados me pesaban tanto... cerré los ojos lentamente, y de repente lo sentí, el suelo estaba retumbando. Los abrí de golpe y vi como las estalactitas de hielo del techo, empezaban a caer y romperse agresivamente en el suelo, todo el precioso paisaje de hielo y reflejos de mil colores en él empezó a desmoronarse. Me puse de pie casi sin fuerza y con el cuerpo congelado, ahora si que tenía que salir de allí. 
Corrí desesperadamente buscando una salida ¿dónde estaba el portal por el que había entrado? 
Pero todo lo que había allí era simplemente hielo, hielo y mas hielo, que ahora empezaba a destrozarse sobre mí.  Evité con rapidez uno de esos trozos de hielo que cayó sobre mi y se destruyó en mil pedazos. 
-''Nami... ¿dónde estás, joder... ?''- Tomé aire- Nami... sálvame...  -Mi voz, casi apagada, retumbó por todo aquel triste paisaje.  No pasaron unos segundos hasta que algo empezó a cambiar allí.
-Si... - Escuché su voz apagada, la voz de Nami.  La pude ver corriendo hacia mi entre el hielo destrozando cada estalactita que caía con el báculo. Llegó a mi, pero no llevaba el uniforme... 
Lucía una larguísima túnica, una mascarilla y un extenso velo, negros, solo podían verse sus preciosos ojos.
-N-Nami ¿de dónde has sacado...-Me agarró del brazo bruscamente.
-Vamos.
Nami se echó hacia atrás el pelo, me agarró con fuerza, y corrió a una velocidad increíble moviendo con rapidez el báculo y destruyendo cada trozo de hielo que caía o se veía en nuestro camino. Tenía una agilidad flipante... 
Nos dirigíamos corriendo a un enorme agujero que había abierto este extraño terremoto, noté la mano de Nami apretando mi brazo con mas fuerza.
-Cuidado... 
-¿Por qu... -Unos centímetros antes de llegar al borde del agujero, Nami saltó sobre él...
 Se me paró el corazón.- ¡Nami! ¡NAMI VAMOS A CAERNOS! -Cerré los ojos y los apreté con fuerza, pero sentí como caíamos en una superficie plana.  Los abrí y mire atrás, estábamos al otro lado del agujero.
-¿¡C-cómo...!?
-Cállate, levántate y vamos. -Nami me miró con profundidad. Me levanté y seguimos corriendo.
Me preguntaba si realmente Nami sabía mejor que yo a donde nos dirigíamos, ella corría con decisión, y por algún motivo, a su lado yo no resbalaba. 
Un trozo de hielo inesperado se dirigía hacia nosotros a una velocidad increíble, Nami lo percibió, me soltó, me echó para atrás y extendió el báculo hacia él chocando con este y creando una enorme colisión de hielo.  El trozo de hielo se derramó en el suelo derretido. Nami me miró , me acerqué a ella y le cogí la mano sonriendo.
-¡Vamos, Nami!
Apartó la vista de mi y siguió corriendo. Por fin, después de horas, vi una luz que parecía ser una salida. Nami corrió con mas decisión, a mi los pulmones ya me iban a estallar. Nos acercamos, era un portal ¡igual que el de salida de mi isla! ¿Nami había pasado ya la prueba? 
Lo atravesamos, por fin pude tomar aire. Cerré los ojos y me dejé llevar, la piel empezaba a volver a su temperatura normal... 
Cuando volví a abrirlos, miré a mi al rededor. Estábamos en una plataforma  de hielo en mitad del aire. Nami estaba tranquila mirando un punto indefinido mientras su nueva ropa y su pelo, se movían al ritmo del aire. Me acerqué a ella lentamente y me coloqué a su lado, mirando aquel vacío cielo.
-Esto... Nami....-Siguió mirando a algún lugar.- Nami yo...
Giró la cabeza y me miró indiferente. Me ruboricé.
-Yo... quería pedirte disculpas, no quería causarte problemas, soy un torpe. -Nami volvió a mirar a su lugar indefinido, como despreciando el asunto. Yo decidí continuar - Pero esque... no entiendo nada, tú has caído a la lava atraída por algún fenómeno extraño, y has aparecido viva y con un nuevo traje, te has dirigido a la salida como si la conocieras y... has acudido a mi llamada. ¿Qué ha pasado...?
Mi pregunta produjo un incomodo silencio. Nami miró al suelo y se agarró el velo que se deslizaba con el viento.
-¿Por qué no me quieres decir nada...? ¿por qué nunca dices nada, Nami?- Me acerqué a ella y le agarré la barbilla, levantandole la cabeza lentamente. Crucé mi mirada con la suya, siempre ausente,y sonreí.
La expresión de Nami no cambió, se limitó a mirarme sin moverse.
-Anda... dime algo.-Le acaricié la cara tranquilamente, aunque mi corazón latía a mil por hora.
Nami se apartó hacia atrás y me dio la espalda. Maldita frialdad de las tías, no hay quien las entienda.
Tristemente, me senté en suelo, sin entender nada y sintiendo una rabia muy profunda, estaba harto de que Nami, que tanto me gustaba, me despreciara tan fríamente.
-Está bien, haz lo que quieras. Pero dime al menos qué hacemos aquí, joder. 
Nami se acercó a mi, la sentí de pie en mi espalda.
-A caso... -Su voz se me clavaba hondo- ¿Tampoco sabes qué haces?
Me quedé pensando.
-¿Qué quieres decir?
-Que me preguntes tú que hacemos aquí... cuando también estas presente... -Hablaba bajito y pausadamente- Creo que es absurdo.
Me sentí patético y estúpido, Nami podía hacerte sentir penoso.
-No quería decir eso, listilla- Dios, soné demasiado infantil- Pero no se por que estoy contigo aquí, y tú que parece que no sabes ni hablar,ni hacer nada, no me ayudas.
Nami se apartó y volvió a alejarse de mi. Dios ¿me había pasado? ...

-Eres patético... 
Fue un susurro, pero mas intenso que un grito, me dolió mas que cualquier otra cosa que me hayan podido decir. Me levanté y me dirigí hacia ella.
-¿Qué me has llamado?-Nami me miró indiferente.
-Patético. -Hizo una pausa y miró a otro lado - Si supiera donde estamos, me iría a algún sitio alejado de ti.
Mi corazón.... aii mi corazón, se me destrozó en mil pedacitos. Nunca había podido hablar en condiciones con Nami, y ahora que había conseguido escuchar su voz mas de diez segundos, estaba insultándome, y diciéndome que quería estar lejos de mi... Nami me odiaba...
Me entraron unas ganas de llorar casi inaguantables, volví a darle la espalda e intenté resistir. Solo era una tía buena, no tenía que llorar por lo que dijera o dejara de decir. Volví a sentarme.
Pasaron minutos... horas...
Nami seguía de pie mirando a la nada, y yo cada vez sentía mas ganas de llorar, no podía aguantar mas estar a su lado así, estaba por tirarme al vacío. 
Tenía que hablar con ella al menos... pedirle perdón, quizás había sido demasiado borde.
-Na...-Me giré a mirarla. Estaba en posición de combate con el báculo. - ¿Nami?
-... -Nami miraba hacia los lados atenta a todo- ya está aquí...
-¿Quién? ¿Qué pasa ahora Nami? -Corrí hacia ella,pero extendió el báculo hacia mi impidiéndome el paso.
-Mantente alejado...- Dí un paso para atrás, y sentí muchísima rabia.
-Está bien, haz lo que te de la gana. -Volví a sentarme, esta vez mirándola con indiferencia.
-Jujujuju - Una risa profunda salía de algún lado- ¡Jujujujuju!
Nami volvió a la posición de ataque. Algo lentamente subía en un...¿dragón...?
Me asomé por el borde de la plataforma, el dragón aumentó su velocidad, chocó con la plataforma haciendo que casi caigamos al vacío Nami y yo. 
Pude agarrarme del borde, pero estaba helado. Me tembló todo el cuerpo y un enorme escalofrío me atravesó las manos. Finalmente conseguí sujetarme con fuerza y subir. Menos mal que hacía deporte...
Nami estaba en el suelo, por suerte solo se había caído sobre la plataforma.
El dragón, azul y enorme, volaba al rededor de la plataforma, mientras que la persona que había sobre él seguía riéndose a gritos con una voz femenina irritante.
-Jujujuju... ¡Ya está aquí la reina esperada! -Eso sonó tan Yuki... 
El dragón pasó por encima de nosotros, me tiré al suelo, casi me golpea.
-¡Para ya, niñata! ¡sea quien seas!
-Jujujuju -El dragón fue parando hasta hacerlo a unos metros de distancia de la plataforma. Una niña pequeña , de pelo tan largo como Kurogane blanco, una enorme túnica de pelo blanca y los ojos de hielo, estaba sobre el dragón con un báculo mucho mayor que el de Nami.
-Joo eres un aburrido -Dijo entre risas- ¡Trata con respeto a tu reina! Jujujuju
Nami la miró, increíblemente, con rabia. La primera vez que la veía con otra expresión que no fuera indiferencia.
-Tú... -Nami se acercó a ella desafiante. ¿Ya se conocían?
-Jujuju, ¡es mi amiga! ¡La pelirosa! uuuh~~ -Agarró al dragón por el pelo, y este dio una vuelta en el aire y empezó a girar al rededor de la plataforma- ¿Qué taaal? ¿ queréis jugar?
¡Me estaba mareando! ¡Que niña mas odiosa! Ademas ¿qué pintaba aquí? 
Aunque admito que el dragón me encantaba, siempre he amado los dragones, y este era especialmente guay.
Observé a Nami con atención, estaba apretando el báculo con fuerza, y su mirada daba incluso miedo.
-¡Uh! ¿Estás enfadada? - La niña paró al lado de Nami- ¿Qué me vas a hacer?
Nami fue a golpearla con el báculo, pero la niña voló con el dragón apartándose apenas centímetros y esquivando el golpe.
-Juju vaya! ¡resulta que no sabes volar! pobrecita... ¿Quieres que traiga a tu hermana?

Hermana... recordé a Nami mencionándolo cuando se acercaba a la lava.
Nami soltó el báculo, agachó la cabeza, y apretó los puños con fuerza.  Nunca la había visto asi, y nunca imaginé verla alterada. ¿Qué pasaba con su hermana? debía ser algo que le dolía de verdad.
-Jujuju ¿te has enfadado? una lástima que el báculo no haga ataques a larga distancia ¿no? - La niñata dio volteretas en el aire con el dragón- ¿verdad Iceking? Jujujuju 
El dragón gruñó, y volvió a estrellarse contra la plataforma, esta vez mas bruscamente.  Pude quedarme  en el suelo sin deslizarme. El báculo de Nami se deslizo por el hielo con rapidez , lo agarré a tiempo antes de caer al vacío.
Nami seguía en la misma posición, sin moverse. 
-Tú... -introdujo la mano dentro de su túnica, como cogiendo algo.
-Jujuju ¿qué vas a hacer? ¿te vas a quitar la ropa? a mi me van los chicos, lo siento.  -La niña entornó sus ojos de cristalino helado y acarició al dragón.
-¡ Muérete! - Nami agarró un enorme revolver y empezó a disparar sin miedo a nada hacia la niña y el dragón. Esta, sorprendida, chilló y se alejó todo lo que pudo volando.
Miré a Nami sorprendido ¿¡de dónde lo había sacado!?.  Me fijé en el revolver, era realmente cursi... 
negro, con corazones rosas, y las balas, que eran de hielo, salían a una fuerza imparable. 
Nami siguió con la mirada a la niña, esta se mantuvo a distancia.
-¿¡Estás loca!? ¡Podías haberme matado!-Nami apuntó hacia ella y volvió a disparar. La niña lo esquivó con el dragón y esta empezó a disparar bolas enormes de hielo que daban de lleno a la plataforma.
Se me revolvió todo el estomago y estuve a punto de caer de nuevo al vacío. Me levanté guardando el equilibrio e intentando mantenerme clavando el báculo de Nami en el suelo helado. Nami en cambio, no se movía nada, no temía las bolas de hielo. Este era un rival bastante débil para ella.
-Aaww, ¿no hay nada que te asuste a ti? -La cría creó con el báculo una bola enorme que no dejaba ni visible al gigantesco dragón.  Nami, apuntó con precisión, y antes de que la pequeña pudiera lanzarla, disparó destrozando la bola y haciendo que cada trozo cayera sobre ellos.
-¡Ah! ¡Zorra! -La chica se acercó a la plataforma y lanzó mil cuchillas hacia nosotros. 
Sin que pudiera darme cuenta, Nami me quitó el báculo de las manos, guardó el revolver, y las paró todas y cada una de ellas, destrozándolas.  Se tiró delante de mi haciendo lo mismo con una que se dirigía a mi.
Por algún motivo, estaba muy tranquilo, esta situación me parecía ya casi habitual. No sentía miedo por caerme, ni por los ataques de una niña subida en un enorme dragón celeste. Simplemente, me limitaba a observar, esperando a que acabara pronto y conseguir volver y descansar...
Nami se deslizó por el hielo, se puso en pie y levantó el báculo.
-¡ Espiral! - Un camino de hielo que iba haciendo un laberinto, empezó a aparecer por el aire desde la plataforma hasta cubrir casi todo el al rededor. Nami empezó a correr por él siguiendo el vuelo de la niña, cogió el revolver, y empezó a disparar hacia esta.
La niña, con agilidad, los esquivaba llevando perfectamente al dragón, y devolvía el ataque con sus enormes bolas de hielo, que Nami destruía a su paso.
La pelea parecía no tener fin, ambas estaban muy igualadas. Nami estaba casi rozándoles y apuntó al dragón.
La niña la miró y se paró.
-¡No le dispares a él, zorra!
Nami dio indicios de apretar el gatillo, cuando de repente, tiró el revolver, y calló al suelo de rodillas.
Me levanté.
-¿Nami? ¿estás bien? -Me acerqué lentamente hacia ella, pero el camino que había creado era increíblemente resbaladizo. Me di cuenta de que Nami no podía dejar de mirar a los ojos de la niña. Estos brillaban de forma muy extraña.  
Nami empezó a chillar, agachó la cabeza y se la agarró con los brazos.
-P-para...  ¡hermana..! -La chica... estaba enviándole imágenes mentales.
-¡Para! ¡Para niñata!-Dije desesperado al ver a Nami tan angustiada. De repente, la niña empezó a brillar con  esa misma luz, y cambió de forma. 
La miré sorprendido, no podía creerlo... todo este tiempo... ¿ había sido Rin? Sí, la figura de Rin, la dulce chica del bando de Kurogane, apareció sobre el dragón. 
Pero no, era imposible, Rin es de aire... no podía controlar el hielo ni un dragón asi. 
-Jujuju ¿te duele esta imagen? -Era la misma niñata, había adoptado la forma de Rin, igual que hizo Sai conmigo. Pero... ¿por qué Rin? ¿Por qué estaba asi Nami? 
-¡para ya! ¡Para! -Nami se cubrió la cabeza y empezó a debilitarse- ¡Tú no eres mi hermana!
...hermana, Rin...  joder, claro, que ciego he estado. Ahora todo encajaba.
Me acerqué a Nami corriendo como pude, y agarré su revolver, me senté a su lado ignorando a la cría.
-Nami, Nami, mira, no se que estarás viendo, pero tienes que estar tranquila -Nami se descubrió un poco la cara y me miró -  Tienes que estar tranquila, porque esto es mentira, Rin no está aquí, y solo es una niñata que está jugando contigo para vencerte.
La respiración de Nami estaba acelerada, y estaba sudando.
-Hey, Nami, cálmate en serio. -Le agarré la mano y le puse el revolver en ella- Cierra los ojos y piensa con tranquilidad, solo es una imagen.
Nami me miró, de nuevo con su mirada indiferente, algo inquieta aun. Suspiré, nunca pensé que desearía volver a verla asi.  Se levantó y le apuntó con el revolver.
La niña, muy segura de si misma, se acercó.
-Jujuju, ¿vas a hacerlo?¿ vas a matar a tu hermana?-Nami tragó saliva- ¿La vas a matar?
Nami se echó para atrás y cerró los ojos.
-N-no... yo no... -Nami se cayó al suelo.
-¡Nami! -La agarré antes de que diera con la cabeza en el hielo- ¡Nami! ¡No! ¡No te dejes vencer!
Nami no respondía, estaba desmayada, sin fuerzas.  Su cuerpo estaba empezando  a desaparecer.
Recordé la voz de Getsu : -''Si no pasáis la prueba,moriréis''
-¡Nami! -Apoyé la cabeza en su hombro y derramé unas lagrimas, su cuerpo se estaba volviendo invisible- ¡Nami, por favor, no! ¡No desaparezcas!
Intenté abrirle los ojos, hacerle la reanimación, gritarle, darle mi energía...
Pero Nami no reaccionaba. El nudo de mi garganta se desató por completo, lloré como no lo hacía en mucho tiempo. 
-¡Nami! -Incluso su peso estaba desapareciendo, cada vez era mas transparente. 
-Jujujuju vaya.. ¡creo que he ganado! ¡vamos Iceking! -La niña se fue volando con el dragón hasta desaparecer por el cielo.
-¡Zorra! -Grité entre lágrimas. Miré a Nami,que ya casi no estaba- Nami... -Me derrumbé sobre ella.
-Por favor, no... - Cogí aire y la miré- No te vayas...  -Le acaricié la cara y me acerqué a su cara, aun podía percibir su aroma, su delicioso aroma. Rocé sus labios con los míos y la besé. La besé con todo el sentimiento que pude, la agarré con fuerza abrazándola y derramé unas ultimas lágrimas por su pelo. Empecé a quedarme sin energía, y me di cuenta. Cuando estábamos unidos, las piedras elementales de nuestras armas, empezaban a brillar. ¿Estaba pasandole... mi energía?
La apreté contra mi, deseando con todas mis fuerzas que se recuperara, y vi como el color de Nami volvía a ella. Nunca, Nunca me había sentido tan aliviado, nunca había tenido tantas ganas de sonreír.
-Nami...- Nami abrió los ojos lentamente y me miró- Nami.. estás bien... estás bien ¿verdad...?
Nami me observó y se levantó lentamente. Miró a su al rededor y se tocó los labios. Me ruboricé y le sonreí.
-¡Nami! ¡Estás bien!-Nami  se puso en pie y miró hacia el mas allá dentro del cielo. Cogió el revolver y caminó un poco.
-Gracias. -Corrió sin mirar atrás por el camino que había creado.
-¡Hey! -Corrí tras ella- ¡Nami! ¡No corras asi en tu estado! ¿Dónde vas?
Nami dio un salto, aterrizó en el hielo y disparó unas diez balas de golpe. Se escuchó en la profundidad el chillido de la niña, que volvió hacia nosotros en el dragón con el brazo sangrando.
-¡Me has dañado!¡ Has dañado a la guardiana de la isla de Hielo! ¡No te lo perdonaré! -Saltó del dragón y corrió hacia Nami atacándola. Nami, esquivándola, le fue disparando fijando su mirada en su corazón.
Miré al dragón, en su pecho, tenía una luz que brillaba potentemente. 
Lo pensé por un momento, después , miré a Nami.
-...¡Nami! ¡Nami!-Nami siguió intentando matar a la cría con su mirada indiferente- ¡Nami! ¡ escúchame !
Me miró de refilón indicándome que me callara.
-¡Tía! ¡El dragón! ¡Si matas al dragón morirá ella! ¡Es su fuente de vida!- Nami se detuvo, y la cría chilló.
-¡No! ¡No es asi! -Dijo la niñata corriendo hacia mi creando una de sus bolas de hielo.
Nami se puso por delante mía adelantándose e hizo un escudo gigante de hielo, se giró con rapidez y se dirigió al dragón.
-Adiós... -Se subió sobre él.
La niña, a través del escudo, chilló.
-¡No! ¡No lo hagas! ¡No lo mates!
Nami disparó al dragón en el pecho, este gritó tan alto que se pareció retumbar el cielo.

Un horrible silencio, el peor de mi vida. 
La barrera de hielo desapareció, y la niña ya no estaba detrás. El dragón se fue exterminando, cuando lo hizo del todo, Nami casi cae al vacío, pero me dio tiempo a agarrarle de la mano y subirla a la plataforma.
Sirvió de poco, pues la plataforma también desapareció, haciéndonos caer.
En el aire, abracé a Nami con fuerza.
-¡No te voy a soltar! -Dije casi gritando por el horrible sonido de la fuerza del aire- ¡Quiero morir a tu lado, Nami!
Nami me miró casi sorprendida.

Caímos, Caímos a un suelo normal, pero la caída dolió muchísimo.
-Agh, mi culo... ¿y  ahora qué? -Levanté la vista.No podía ser- ¡N-Nami! -Nami se levantó tranquilamente.
-Nami, estamos...
Nami se sentó en el sillón. Por fin estábamos en el castillo de Getsu.
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