Me pareció sorprendente la manera en que esos dos empezaron a combatir sin
entender las reglas ni saber usar sus armas.
Ayome se acercó corriendo hacia Yakei con una barita de mago negra y sin casi darse tiempo a reaccionar, Yakei se apartó haciéndole caer al suelo y tendió la espada sobre él.
Ayome se arrastró por el suelo con rapidez y se levantó ligeramente mientras sacudía el polvo de su ropa. Lo más sorprendente de este chico es que en ningún momento dejaba de sonreír.
Miró a Yakei con una amplia sonrisa y se acercó a él:
-¡Buen trabajo! ¡eso ha sido genial!-Yakei le miró asombrado y tragó saliva.- Pero ya sabes, tenemos que continuar la lucha Yakei-kun.
Yakei le miró tristemente, pero al cabo de unos segundos tomó aire y sonrió con fuerza.
-¡Vamos! -Ayome y él corrieron el uno hacia el otro continuando la lucha.
Ambos eran unos tíos geniales y fuertes. Ayome parecía ser un chico sin preocupaciones, pero estoy seguro de que en el fondo había algo muy muy duro que le pesaba encima.
Mi primo Yakei en cambio era un chico muy fácil de predecir. Mostraba muy a la ligera sus sentimientos y era alguien fácil de entender, una persona muy simple. No se preocupaba por su aspecto demasiado, le gustaba conocer a gente y no paraba de pensar en chicas. Pero realmente es alguien capaz de animar a cualquiera y se preocupa por todo el mundo.
Excepto ellos dos, el resto nos quedamos mirando la pelea. Algunos con miedo, otro con diversión (como Damar), o con indiferencia, como Nami.
Getsu se acercó enfadado.
-¿Pero qué estáis haciendo los demás?
-Getsu, Getsu... -Kurogane le pasó la mano por el hombro lentamente- Déjales, tienen que aprender de los lideres mas fuertes del grupo.
-Suéltame... -Getsu clavó sus uñas en el brazo de Kuro y este chilló como una chica.
Algo había entre esos dos, alguna historia del pasado, algo. Estaba seguro.
Me acerqué disimuladamente a ellos para escuchar de lo que hablaban.
Mientras tanto, la imagen que podía ver era la de Yakei corriendo con la pesada espada levantada tras Ayome , que no paraba de saltar de un lado a otro jugueteando y riendo a carcajadas.
-¡ Alcánzame! -Gritó.
-¡Agh! ¡ estate quieto!-Yakei parecía enfadado, pero en realidad ambos se estaban divirtiendo.
-Joder tíos haced algo ya, esto me aburre- Dijo Damar sentado en el suelo vagamente mientras observaba con desinterés la pelea.
Ayome se paró en seco y observó por un momento su barita. Después la balanceó como lo haría un mago y sonrió.
-¡Destellos de fuego! - De la barita aparecieron pequeñas bolas de fuego que flotaban en el aire. Yakei se paró observándolas.
-¡Qué guay! ¡¿Cómo lo has hecho?!- Estas empezaron a volar con rapidez hacia Yakei, al cual no le dio tiempo a esquivarlas y empezó a chillar con su roce. Parecieron entrar en el cuerpo de Yakei con fuerza, cayó al suelo y se estremeció bruscamente en él mientras chillaba.
Parecía estar sufriendo muchísimo, sintiendo un dolor casi insufrible.
Ayome le miró con una sonrisa algo mas débil que de costumbre. Se acercó a él y dejó de balancear la barita, haciendo desaparecer el poder de las bolas de fuego.
Yakei,tumbado en el suelo, estaba respirando con dificultad y giró débilmente la cabeza hacia Ayome.
-Y-Yakei ¿estás bien? -Preguntó preocupado (pero con una pequeña sonrisa, como siempre)- ¿Te he hecho mucho daño?
-¡Por dios! -se levantó Getsu- La cuestión es hacer daño, vencer al enemigo ¡Yakei,levántate y ataca! que ridiculez...
Kurogane miró sonriendo a Getsu y volvió la mirada a los chicos.
Yakei no dijo nada. Nos miró a todos sin hacer un solo movimiento, solo con la mirada.
Paró la vista en Nami, y empezó a levantarse torpemente y moviéndose con dificultad. Cuando se puso en pie se balanceó hasta casi caerse.
Se acercó a Ayome.
-¿C-cómo lo has hecho?... ¿Te sabes los conjuros...?
Ayome sonrió aliviado.
-¡Solo tienes que transmitir tu magia a la espada! ¡Ella te transmitirá a cambio el conjuro adecuado y aprenderás a atacar! ¡Vamos Yakei! Hagamos esta primera pelea algo digno de recordar -Le tendió la mano a Yakei y este la agarró con inseguridad. Creo que tanto él como el resto pensábamos lo mismo; Ayome tendría que morir.
-Ese ataque que has hecho... era muy fuerte, ¿Verdad?- Yakei preparó la espada.
-No, es el más débil de los que puedo hacer por ahora.
Yakei le miró sorprendido. Realmente el dolor debía haber sido insoportable.
Se echó el pelo hacia atrás y agarró con decisión el mango de la espada.
Ayome agarró con facilidad la barita con los dedos y miró a los ojos a Yakei. Este los cerró y subió la espada por encima de su cabeza. Una de esas luces del palacio de Kurogane empezó a brillar en Yakei y se fue transmitiendo a la espada.
-¡Ciclón verde! -Gritó cuando la luz empezó a emitir un brillo difícil de mirar. De repente emergió de la espada un fuerte viento lleno de esa luz verde extraña que había transmitido a la espada, y empezó a convertirse en cuchillas de viento que se dirigieron a una velocidad flipante a Ayome.
Este los esquivó con facilidad, como si conociera sus movimientos, y le devolvió otra vez esas bolas de fuego... ''destellos de fuego'' era el conjuro.
Yakei se protegió con la espada, que hizo un escudo verde enorme y los destruyó al contacto con este.
La lucha parecía incluso preparada. Ambos controlaban a la perfección sus movimientos y parecían saber que estaban haciendo en cada momento.
Yakei agarró con firmeza la espada y se acercó corriendo a Ayome chillando con fuerza, cuando estaba cerca de él, le distrajo con un movimiento rápido situándose detrás suya y se dispuso a clavarle la espada en la espalda. Ayome se giró con rapidez y saltó hacia atrás unos pocos metros esquivándole.
-¡Eso ha sido guay! -gritó con una de sus sonrisas.
Yakei, sudando, se paró un momento a coger aire. Mientras tanto Ayome se quitó con rapidez el sombrero de copa, introdujo la mano en él como si se tratara de un truco de magia y empezó a sacar llamas de fuego que bailaban en el aire y caían sobre Yakei.
Este, se vio acorralado por las llamas inesperadamente y sin casi darse cuenta se percató de la que estaba en su ropa por su espalda.
-¡A-ah! ¡Fuego! ¡¡FUEGO!! - Yakei empezó a correr de un lado a otro y se tiró en el suelo. Ayome se acercó preocupado.
-¿¡E-estás bien!?¡ l-lo siento no quería pasarme tanto! -Sonrió nervioso Ayome.
-¡PERO QUE ALGUIEN ME AYUDE!
Todos nos miramos sin saber que hacer. Yuki nerviosa, fue a pedir ayuda a ambos Dioses que observaban el espectáculo con tranquilidad, Takeru miró de un lado a otro con tranquilidad como buscando a alguien, y el otro equipo no reaccionó. Damar reía.
Busqué una manguera o algo que pudiera ayudar desesperadamente, los gritos de Yakei cada vez eran mas angustiosos y fuertes, el fuego empezaba a alcanzar su piel.
-¡¿Qué hacemos?! Kurogane y Getsu no me hacen caso! -Gritó Yuki alarmada.
-Vamos a quitarle la ropa o algo -Dijo Takeru preocupado.
-Es buena idea, joder-Me acerqué corriendo a él e intenté desprenderse de la camiseta sin tocar el fuego- ¡No puedo! ¡No para de moverse!
Yakei lloraba y gritaba moviéndose bruscamente y agarrando la tierra del suelo con agresividad. Parecía estar sufriendo muchísimo.
Empecé a pensar en esto seriamente. Si cada uno de estos ataques tan débiles dolía tantísimo, no podríamos aguantar demasiados asaltos.
Por un momento el pánico cundió entre todos. No sabíamos que hacer, y Yakei estaba al borde de la desesperación, el fuego se estaba aproximando cada vez mas a todo su cuerpo.
-Apartad.
Nami se introdujo entre nosotros y se acercó a Yakei. Extendió el báculo hacia el cielo y empezaron a caer copitos de hielo que se derretían según se acercaban al suelo.
El fuego fue apagándose lentamente, y los gritos de Yakei cesando. Una vez se terminó, Yakei seguía en el suelo jadeando y llorando sin poder casi moverse.
El fuego no le hizo grandes heridas, supongo que sería el susto.
Todos a su al rededor nos quedamos callados.
-¿Y ahora... ahora qué..?-Preguntó Yuki preocupada.
Nami se acercó lentamente a Ayome y se quedó mirándole a los ojos. Este susurró una risa nerviosa.
-Muchas gracias Nami, creo que me he pasado...
Nami repentinamente dio un golpe con el báculo contra el suelo y un enorme trozo de hielo atravesó a Ayome por el pecho.
Todos, absolutamente todos, nos echamos para atrás aterrorizados. Yuki chilló, Kurogane observó asombrado y Getsu mostró una maliciosa sonrisa.
Nami elevó el báculo lentamente y el trozo de hielo empezó a entrar por el cuerpo de Ayome congelandole poco a poco.
Ayome aun seguía sonriendo.
-B-buen trabajo... -Se congeló por completo, pero el ambiente que se quedó entre nosotros en ese momento fue aún mas frío.
Por un momento mi corazón se detuvo. ¿Ayome había muerto? ¿Cómo demonios había hecho eso Nami con tanta frialdad?
Los gemidos angustiosos de Yakei se oían aun, y el resto callados, se miraban.
Aoi se acercó corriendo a Nami enfurecida.
-¿¡QUÉ HAS HECHO PEDAZO DE ZORRA!?
Nami la miró con indiferencia y agarró fuerte el báculo. Aoi lo entendió y se echó para atrás temblando.
Nami miró a Getsu y Kurogane, y dijo unas palabras que casi parecieron susurros.
-Hemos vencido al líder... ya hemos ganado, ¿no?
Yuki miró a su mejor amiga como si no la reconociera, con pánico, y observó luego la figura congelada de Ayome.
Getsu se levantó orgulloso.
-Oh, el entrenamiento ha acabado, volvamos.
-¿¡Entrenamiento!? -No podía creerme lo que oía- ¿¡Aun habrá mas?!
Getsu me miró con una sonrisa satisfactoria.
-Claro, esta solo era una pequeña prueba para que vierais un poco como iba la magia. Las verdaderas luchas serán mucho mas divertidas...
Kurogane se levantó de sopetón y se acercó a él con brusquedad.
-¿Qué pretendes conseguir? joder.
Getsu le sonrió y se giró;
-Vamos chicos...
Takeru y yo cogimos entre los dos a Yakei, y todos seguimos a Getsu, dejando atrás la figura congelada de Ayome y el ambiente aun mas frío de ese jardín.
Jo... pobre Ayome... TT-TT
ResponderEliminar¿Porque el y no Damar? TT_TT
Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah TT___TT
Sigue, sigue TT_TT